Las tecnologías de la información y la comunicación(TIC) han supuesto una innovación en las comunicaciones, dentro de estas innovaciones se encuentran los entornos virtuales, los cuales están permitiendo superar los límites derivados de las diferencias temporales y espaciales entre emisores y receptores que tienen lugar en los medios de transmisión de la información tradicionales.
Este nuevo
fenómeno de la comunicación no sólo presenta grandes ventajas, sino que también
conlleva asumir grandes inconvenientes como es el caso de la desinformación.
¿Qué es la desinformación dentro de los entornos virtuales?
La
desinformación tiene lugar cuando la señal no transporta el contenido
informativo debido a que ésta tiene lugar sin que se produzca también el acontecimiento sobre la que
trataba, es decir, la desinformación tiene lugar cuando las personas son ajenas
a información o datos sobre un tema, porque dichos datos han sido ocultados.
La desinformación en los entornos virtuales viaja a la velocidad de la luz
Vivimos en un mundo cada vez más interconectado donde las redes sociales juegan
un papel primordial, ya que a través de ellas la desinformación se emite y se
repite con mayor rapidez que nunca, antes de que alguien tenga tiempo para
pensar.
En el proceso de desinformación en los entornos
virtuales hay dos elementos que resultan clave:
la rapidez y la veracidad.
- Rapidez/ Yo primero: En la actualidad domina el deseo de ser el primero, incluso bajo el riesgo de equivocarse. Por ello las redes sociales y la portabilidad de Internet hace que se diseminen errores y las reacciones vayan a un ritmo mucho más vertiginoso. Ser el primero se convierte en una necesidad. Este hecho no es necesariamente malo, ya que permite la participación activa de los ciudadanos, pero también se debe tener en cuanta que se debe corregir con rapidez las informaciones falsas.
“Nunca antes
había habido tanta presión para hablar antes de saber”, dice el escritor de
ciencia James Gleick.
“Todos tienen ahora una plataforma global en
la que pueden gritar sus opiniones y manifestar sus creencias. Pero la gente no
se ha vuelto más precavida en lo que respecta a lanzar sus palabras al mundo,
incluso aunque estén equivocados.”, dice Frank Farley, profesor de Psicología
de la Universidad Temple y expresidente de la Asociación Americana de
Psicología.
- La verdad: La preocupación que conlleva la desinformación concierne a que la mala información desplace a la buena. Los entornos virtuales son útiles para difundir una gran cantidad de información, lo que nos lleva a consumir informaciones que son incorrectas. Los seres humanos solemos dar por supuesta, en la mayoría de los casos, como verdaderas las informaciones que consumimos, a no ser que tengamos una fuerte motivación que nos lleve a contrastarla con más atención.
¿Por qué solemos dar por verdadero algo que no lo es?
Las personas
solemos dar por correcto una determinada información si:
- Es consistente con otras cosas que la gente asume como verdaderas.
- Forma parte de una historia más amplia que da sentido y coherencia a sus elementos.
- Provienen de una fuente creíble.
- Hay otras personas que la consideran correcta
Métodos de desinformación en los entornos virtuales
- La omisión: consiste en no revelar toda la verdad sobre un tema.
- La distracción: consiste en emplear un tema que tenga gran efecto en la población para ocultar otro.
- El exceso de información o sobreinformación: consiste en suministrar una gran cantidad de información al público, que más que sentirse informado se ve saturado y desorientado por la gran cantidad de información a la que está expuesto.
- La restricción: consiste en limitar los resultados, por ejemplo, cuando Google limita los resultados de búsqueda teniendo en cuenta nuestros gustos cuando quizá en ese momento estemos buscando otra cosa.
- La descontextualización: En la mayoría de los casos la información que se suministra al público no se contextualiza, sino que se entremezcla todo, lo importante con los secundario. Dar un contexto a la información que se da contribuye a que el público comprenda aspectos que difícilmente pueden ser entendidos si se les aísla de las causas que los desencadenan.
- Dominio de las discusiones: en los entornos virtuales, muchas veces, se entremeten personas en discusiones productivas en la web a fin de apartarlas de su objetivo y frustrar a los participantes.
- Respuestas pre-escritas: muchos trolls reciben una lista o base de datos con puntos de conversación previamente planificados, preparados como respuestas generalizadas y engañosas a argumentos honestos. Cuando las colocan, sus palabras suenan extrañamente plásticas y bien ensayadas.
- Falsos moderadores: pretendiendo ser la “voz de la razón” en una discusión con partes obvias y definidas en un intento de alejar a la gente de lo que es evidentemente verídico hacia una “área gris”, en la cual la verdad se hace “relativa”.
Vivimos inmersos
en un contexto digital y tecnológico, con espacio para blogs, web, redes
sociales, medios de forma digital… Esto hace que estemos saturados de
información, lo que nos lleva a estar desinformados dentro de toda la
información existente.
Así pues, la
mayoría de los autores sostienen que es importante que el público tenga un
conocimiento básico de los efectos de la desinformación, como medio para
desarrollar un mecanismo que nos proteja de los efectos de la misma.
Lo mejor en un
medio tan repleto de información como son los entornos virtuales es confirmar
los hechos antes de dar por valido algo que puede que no lo sea y no caer así
en un fenómeno tan común como es la desinformación.
"Una
mentira puede recorrer medio mundo mientras la verdad se está poniendo los
zapatos”, dijo Mark Twain.
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